domingo, 8 de abril de 2012

    No te acostumbres a mí, ni a mi risa, ni a mi hiperactividad, ni a mis sonrisas en esos momentos, ni a mis enfados, ni a mis besos, ni a mi olor.
No te acostumbres a como te miro o te dejo de mirar, no te acostumbres a mi cara cuando te ríes de mí, ni te acostumbres a mi rabia, ni a reírte de las cosas que digo.
No te acostumbres, en serio.
Porque algún día me cansaré, me iré y echarás de menos esas cosas a las que un día te acostumbraste…y puede que para entonces ya sea demasiado tarde. La verdad nunca es mala, la verdad pone las cosas en su sitio.



   

No hay comentarios:

Publicar un comentario