Quien no conoce el fracaso,no sabrá qué es eso del éxito.

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Tengo la debilidad eterna por quien me sabe dar lecciones de vida o de trabajo. Y no me importa que eso implique que haya gastado mi tiempo en algo que no será válido. Por mucho que digan, nada se hace en vano. Todo sirve para algo, aunque sea para mostrarnos dónde uno no tiene que meter las narices nunca más. Aquel que no conoce el fracaso, no sabrá qué es eso del éxito. Aquel que solo conoce el éxito, está andando a ciegas al fracaso. Para ser sinceros, yo no debería hacer balance de fracasos y éxitos, porque acabaría teniendo que subrayar la primera palabra como si no hubiera un mañana. Pero si hay que sacar moraleja de todo esto es que un NO puede ser una base firme para seguir creando un camino seguro hacia el SÍ. Un camino marcado por síes puede ser maravilloso, pero es un camino que no te enseña, que no te deja ver que en cualquier momento, viene alguien que te plantará un no que no te dejará reaccionar, y ya no hay pasado pletórico que valga, porque queridos, el pasado nos avala, pero el presente debe ser siempre nuestra carta de presentación y eso se renueva constantemente.