miércoles, 7 de marzo de 2012



Y aún sigo sentada, esperando sin respuestas que me llames, esperando que estés pensando solo en mi, solo en nosotros, solo en todos esos momentos que podían haber sido pero no fueron, en todas las sonrisas, caricias y lágrimas derramadas, en que algún día uno de los dos faltará al otro y no habrá forma de regresar al pasado,a el día en el que el fuego seguía encendido y ardía con fuerza. Cualquiera diría que ese fuego se iba a pagar, que, al fin y al cabo, fué nuestra culpa por no querernos como hubiésemos deseado querernos, por no haberle dado al destino otra oportunidad más. Porque para ser sinceros esas mariposas solo estuvieron dos días en mi estomago y creo que nunca llegaron a aparecer por el tuyo, porque lo que para mi lo fue todo para ti no fue nada, y nunca nada vuelve. Tuvimos solo una oportunidad, que creo que no fue suficiente. Cuanto daría yo por volver a sentir tu cuerpo cerca del mío, como un solo corazón. Y es que no puedo soportar verte contemplando a otras que no soy yo, aunque no tengamos nada, nada es suficiente. Y muero, muero al pensar en que nunca volverá a pasar por mucho que yo quiera que pase. Y hoy lo pienso y llego a la conclusión de que al fin y al cabo fue culpa mia, por no quererte como te merecías, por ser una cobarde que no quería afrontar sus miedos, por sencillos que parecieran. Pero sé que en el fondo de tu corazón sigue grabado mi nombre y algún día te darás cuenta de que yo siempre seré un algo, un algo que algún día será algo de verdad.

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